En los últimos años el mundo ha sufrido el embate de una serie de crisis que en América Latina y el Caribe imponen retos adicionales para el desarrollo sostenible. Los desafíos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, las brechas de acceso a la salud, al empleo y a la educación, la inseguridad alimentaria, la desigualdad y la pobreza persistentes, las migraciones forzadas y el incremento del costo de vida dificultan el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la región que, antes de la irrupción de la pandemia de COVID-19, ya venía exhibiendo una lenta evolución económica, un estancamiento e, incluso, un retroceso en sus indicadores de desarrollo social.